La prensa como prescriptora de lecturas Recomendaciones de los suplementos culturales españoles especializados en literatura

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Juan García-Cardona
Manuel García-Borrego

Resumen

Esta investigación se propone estudiar las recomendaciones literarias de la prensa cultural especializada, prescriptora de contenidos y responsable de marcar la agenda cultural. Se tomaron como objeto de estudio las listas de mejores libros que confeccionan a finales de cada año los principales suplementos culturales de los medios escritos españoles (ABC Cultural, de ABC; Babelia, de El País; El Cultural, de El Mundo, y Cultura|s, de La Vanguardia). El periodo de análisis se fijó entre los años 2010 y 2021 (n = 1.286). Los resultados reflejan una marcada preferencia de los suplementos por incluir autores de nacionalidad española o, cuando menos, por obras escritas en español, aunque la pujanza de los Estados Unidos y el inglés es cada vez mayor en la serie histórica. Se aprecia también un claro dominio de los grandes sellos y grupos editoriales sobre los independientes: en los últimos años, solo Planeta y Penguin Random House aportan casi la mitad de las obras seleccionadas. Además, son mayoría los autores de edad avanzada —se recomiendan, de hecho, más libros de fallecidos que de menores de 40 años—, con las limitaciones que ello implica a la proyección de la literatura escrita por jóvenes.

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Cómo citar
García-Cardona, J., & García-Borrego, M. (2023). La prensa como prescriptora de lecturas: Recomendaciones de los suplementos culturales españoles especializados en literatura. Ocnos. Revista de estudios sobre lectura, 22(2). https://doi.org/10.18239/ocnos_2023.22.2.354
Sección
Artículos
García-Cardona and García-Borrego: La prensa como prescriptora de lecturas. Recomendaciones de los suplementos culturales españoles especializados en literatura

Introducción

Los suplementos culturales de la prensa escrita, encargados de reseñar, categorizar y jerarquizar las distintas obras artísticas publicadas en el ámbito nacional e internacional, suelen correr mayoritariamente a cargo de los periodistas culturales, figuras que tienden a identificarse con la del educador y que sirven como punto medio entre artista y público general (; ). Este rol del periodista cultural se relaciona con la visión de autores como , que habla de “intermediarios”, o , quienes corresponden a este tipo de profesionales con una suerte de “mediadores culturales”.

La función fundamental de los periodistas culturales reside en filtrar el inmenso número de obras publicadas, además de proporcionar un análisis e interpretación que permita profundizar a los lectores en los aspectos menos visibles de estas obras (; ; ; ). En definitiva, los periodistas culturales toman la forma de prescriptores de contenidos, siendo esta una de las características principales que los diferencian del resto de áreas de especialización periodísticas, pues seleccionan y amplifican, a través de medios de comunicación generalmente masivos, el alcance de determinados productos culturales.

La imagen del periodista cultural se ha visto desprestigiada históricamente por quedar sus funciones recogidas dentro del paraguas de las soft news o noticias blandas, un escalón por debajo del considerado “periodismo real” que encarnan las informaciones políticas o directamente relacionadas con el interés público, por lo que la temática cultural ha quedado relegada a un plano secundario dentro de la jerarquía periodística. Aunque, de acuerdo con , la tarea de los periodistas culturales implica un importante grado de compromiso con que el público general mejore en su apreciación de las artes, en ocasiones se ha relacionado esta atribución con la mercantilización e incluso la tabloidización de la información, pues el rol de prescriptor puede afectar a los hábitos de los lectores y determinar sus patrones de consumo, por lo que la labor profesional y los intereses económicos de las industrias culturales quedan entreverados (Hanusch, , ; ; ; ).

No obstante, se considera que la cultural es una de las áreas de especialización que menos presión reciben de parte de su compañía, e incluso donde sus profesionales cuentan con más recursos materiales y temporales para llevar a cabo sus contribuciones. Ahora bien, identifican, en la línea de las aportaciones de , que el círculo personal puede provocar cierta parcialidad a la hora de llevar a cabo algunos análisis, lo que aleja la crítica —el género periodístico por excelencia de la prensa cultural, único en esta área de especialización— de los criterios puramente artísticos a los que debería someterse. Ello se relaciona con otro factor implícito en la propia naturaleza del periodismo cultural que provoca recelos en el resto de áreas: el subjetivismo en el que obligadamente se debe incurrir la hora de realizar una crítica ().

Aunque habitualmente se considere a los periodistas culturales como un conjunto compacto y uniforme, la trayectoria y situación profesional de quienes realizan estas tareas críticas puede variar en gran medida. En el marco español, distinguen entre los insiders, periodistas formados en el ámbito de la comunicación y parte del equipo de redacción tradicional, y los outsiders, provenientes del medio literario, polifacéticos y con educación vinculada a las humanidades.

Pese a que no faltan críticas, tanto en el entorno español como en el europeo —no necesariamente fundadas, como muestra el trabajo de —, relativas a los conflictos de interés, la endogamia o las deformaciones de sus labores profesionales (; ; ; ; Rivas-Troitiño, 2006; ; ), el desprecio histórico hacia el periodismo cultural ha ido virando recientemente hacia una mayor consideración, como se observa en los trabajos procedentes de países nórdicos, donde la percepción de educador goza de una gran reputación social (; ; ; ; ). En los últimos años se ha constatado un incremento en el atractivo académico del periodismo cultural, pues sociológicamente puede servir como medio de estudio de las transformaciones culturales que vive una comunidad (; ; ). Asimismo, los suplementos culturales de grandes periódicos, donde participan en mayor medida estos periodistas, suponen herramientas de valorización cultural primordiales en la legitimación de los grandes autores y sus producciones artísticas (; ; ; ).

Periodismo cultural y canon literario

En esta labor de jerarquización emprendida por los suplementos culturales, resulta de interés desligar, como proponen , el “canon social” del “canon académico”. Mientras que el canon académico está legitimado por instancias académicas, y sus componentes son considerados como alta literatura, el canon social se compone por “la selección de lecturas que viene dictada directamente por instancias sociales, ya sean las propias editoriales a través de sus variados modos de promoción o los círculos de proximidad del lector (amigos, familia), siempre un tanto al margen de las recomendaciones legitimadas desde el sistema educativo” (p.29). Las recomendaciones de estas listas de mejores libros forman parte del canon social, pues no están corroboradas por organismos académicos y se basan en la subjetividad del jurado, con un destino final de divulgación a los lectores de prensa, como una suerte de asistencia en el filtro de selección de lecturas. Tampoco debe confundirse la noción de canon con la de clásicos, pues los clásicos suelen aparecer dentro del canon, pero existen cánones que no se centran en los clásicos más influyentes en determinada época y sociedad, aunque finalmente acaben ocupando la posición de autor u obra clásica (; ).

La noción de canon se ha ido transformando a lo largo de la historia literaria, y diversos autores han acertado a señalar en la actualidad algunas de las carencias presentes en la construcción de estos cánones: por un lado, se ha luchado contra su hermetismo, que sigue dando lugar a listas de integrantes eminentemente masculinas, donde predomina el género novelístico (); por otro, no se han contemplado nuevas tecnologías en la emisión de críticas, y en el modo de leer y de producir, que deberían tener una repercusión clave en la edificación del canon (). El número de publicaciones sobre el candente debate del canon se encuentra al alza, y, como evidencian los estudios anteriores, enfocan sus esfuerzos en el cuestionamiento de una selección de mejores escritores y obras que excluye sistemáticamente a importantes sectores del universo literario, y que ha dejado de tener en cuenta cambios cruciales en la cultura y en la estructuras sociales o de poder ().

El estudio de hábitos de lectura ha cobrado gran importancia en los últimos años, y la producción científica ha avanzado notablemente. Como refleja el informe de la Federación de Gremios de Editores (FGEE) en 2021, un 64.4% de la población española lee libros por ocio, en su tiempo libre; se ha apreciado un aumento desde el 57.9% que se obtuvo en los informes de 2011. Las investigaciones dedicadas a los hábitos de lectura suelen focalizarse en la creación y el fomento de estos hábitos, que parecen estar teniendo sus frutos en los resultados ofrecidos por la FGEE. En la creación de hábitos de lectura, estudiada normalmente en el ámbito de enseñanza y pedagogía infantil, se asume que tal tarea debe ser adjudicada a la familia y al sistema educativo (), instituciones intermediarias que se han visto superadas como reguladores de aquello que debe leerse ().

Autores como convocan a participar en este desarrollo de hábitos de lectura a mediadores socioculturales, gestores culturales, bibliotecarios… en un público que engloba desde la infancia hasta la vejez. Se ha señalado anteriormente la función de mediador que encarna el periodista cultural, que también tiene una notable importancia en el desarrollo de hábitos de lectura, como puede ser la jerarquización de obras escogidas por un lector a partir de las listas de mejores libros. Además, el público que se caracteriza como lector de periódicos habitual comparte numerosos rasgos con el lector frecuente de libros (), lo que supone que, a través de estos suplementos culturales, los lectores circulen del medio periodístico al literario.

Hasta el momento, el volumen de publicaciones sobre el objeto de estudio escogido —las recomendaciones literarias de la prensa cultural especializada— es reducido. Solo recientemente se ha observado que las mujeres escritoras gozan de un espacio mínimo en los suplementos de referencia, pese a apreciarse una tendencia paritaria en varias de las principales cabeceras, o que los autores de los principales núcleos editoriales (Madrid y Barcelona) están sobrerrepresentados frente al resto del país y, sobre todo, de la España periférica (; ). No existen, en cambio, trabajos académicos sobre aspectos como la nacionalidad, el idioma, el sello o grupo editorial o la edad.

Objetivos

Este estudio se propone examinar las recomendaciones lectoras de los principales suplementos culturales españoles, tratando así de reconocer las características y las diferencias en la prescripción literaria que se realiza desde la prensa de referencia. Se establecieron para ello cuatro objetivos centrales. En primer lugar, este trabajo se marca determinar cuáles son las principales nacionalidades recomendadas en los distintos suplementos culturales, así como la lengua en la que están escritas las obras seleccionadas (O1). En segundo lugar, describir la distribución editorial de las obras, con objeto de detectar si existe alguna relación de preferencia entre los sellos independientes frente a los pertenecientes a grandes grupos o conglomerados (O2). En tercer lugar, trazar el perfil demográfico de los escritores según la edad que comportan en el año en el que sus obras fueron elegidas (O3). Y, por último, determinar los rasgos comunes y diferenciadores de las recomendaciones de los cuatro grandes suplementos culturales de la prensa española (O4).

Metodología

La presente investigación toma la técnica de análisis de contenidos como método de recogida de datos. Para ello, se ha aplicado una ficha a las listas de mejores libros de los principales suplementos culturales en la prensa española: El Cultural, de El Mundo; Babelia de El País; ABC Cultural, del diario ABC y Cultura|s de La Vanguardia. Estas listas suelen salir a la luz a final de año y seleccionan las mejores obras publicadas en los últimos 12 meses. Este repertorio conforma necesariamente una labor de jerarquización y canonización, al afirmar que esas son las de mayor calidad escritas durante el año.

Se han analizado las listas aparecidas entre los años 2010 y 2021, localizadas a través de la hemeroteca de cada medio, bases de datos y repositorios alternativos como MyNews y archivos físicos procedentes de bibliotecas. En última instancia se alcanzó un registro de 1.286 obras literarias repartidas en un periodo de estudio superior al decenio, como se desglosa en la tabla 1. Únicamente no pudieron recuperarse las listas de mejores libros de los suplementos Cultura|s, en los años 2010 y 2011, y ABC Cultural, en los años 2010 y 2015.

Tabla 1. Libros analizados por suplementos en cada año (2010-2021)  
Babelia Cultura|s El Cultural ABC Cultural Total %
2010 29 0 25 0 54 4.2%
2011 25 0 25 12 62 4.8%
2012 20 30 30 13 93 7.2%
2013 20 30 25 13 88 6.8%
2014 20 20 30 13 83 6.5%
2015 20 30 47 0 97 7.5%
2016 20 30 45 25 120 9.3%
2017 20 30 45 23 118 9.2%
2018 50 30 35 22 137 10.7%
2019 50 45 45 6 146 11.4%
2020 50 30 50 5 135 10.5%
2021 50 30 50 23 153 11.9%
Total 374 305 452 155 1.286
% 29.1% 23.7% 35.1% 12.1%

En aras de determinar las características de las recomendaciones literarias, se establecieron ad hoc los principales atributos a medir de la obra, relativos tanto al autor como a la propia publicación, procurando que estos fueran objetivables y no discrecionales para garantizar así la fiabilidad de las observaciones. La ficha de análisis resultante contuvo las siguientes variables:

  • - Nombre del suplemento. Computada como variable nominal con cuatro opciones (Babelia, El Cultural, ABC Cultural, Cultura|s).
  • - Año de publicación de la lista de mejores libros. Variable ordinal con doce valores (2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021).
  • - Nacionalidad de los autores. Variable nominal con categorías ad hoc por cada país aparecido en los listados, y que contempló un total de 57 al acabar la recogida de datos (desde Albania hasta Venezuela, alfabéticamente).
  • - Idioma. Variable nominal indicativa de la lengua en la que se escribe la obra literaria. Se han incluido los 26 idiomas aparecidos en los listados (desde Albanés hasta Yidis, alfabéticamente).
  • - Editorial. Variable nominal que registra las editoriales encargadas de publicar los libros escogidos. Se han recogido un total de 171 editoriales cuyas publicaciones aparecen en las listas (desde Abada hasta Visor, alfabéticamente).
  • - Grupo. Computada como variable nominal, incluye los conglomerados o grupos bajo los que se encuentran las editoriales antes estudiadas. Se han identificado 15 grupos en total, así como una categoría adicional que engloba las editoriales independientes (desde Anaya hasta Unidad Editorial, alfabéticamente).
  • - Edad. Variable de escala ordenada que recoge la edad del autor de cada obra seleccionada en las listas de mejores libros, tomando como referencia el 31 de diciembre del año correspondiente.

Resultados

Nacionalidad de los autores e idioma de escritura de las obras literarias

Los datos de la tabla 2 muestran cómo los autores de nacionalidad española predominan sobre el resto. Ahora bien, los suplementos dejan ver diferencias notables entre sí. Mientras que en Babelia y ABC Cultural los escritores españoles representan menos de la mitad —37.4% y 43.9% de forma respectiva—, en Cultura|s alcanzan el 53.4% y en El Cultural el 61.7%. Hay una diferencia de 24.3 puntos entre Babelia, el suplemento que menos autores españoles incluye, y El Cultural, el medio que más introduce (un 60.2% más). La segunda nacionalidad con mayor cuota de autores es la estadounidense, que oscila entre el 10.6% alcanzado en El Cultural y el 20.6% de Babelia. En los cuatro suplementos ocupa este puesto, mientras que el tercer escalafón parece más disputado: para unos es Reino Unido (El Cultural y ABC Cultural) y para otros Francia (Babelia y El Cultural). Los países latinoamericanos no entran en escena hasta la posición número 5, con Argentina, que muestra como máximo un 6.1% en Babelia y menos del 5% en el resto de suplementos, y México, en la posición número 9, con un 2.7% de máximo en Babelia. Europa acumula el 76.8% del total de obras, muy por delante de Norteamérica (18.2%) en todas las cabeceras, que a su vez aventaja en más del doble de libros a sus vecinos sudamericanos (7.4%), quienes de manera conjunta se encuentran incluso por debajo de países como Reino Unido (7.6%).

Cabe destacar, asimismo, que Babelia se postula como el suplemento más abierto a distintas nacionalidades, al incluir hasta 42 distintas en el período comprendido, mientras que los demás se mueven entre las 29 de ABC Cultural y las 36 de El Cultural.

Tabla 2. Distribución de las obras por nacionalidad del autor y suplemento  
País / Continente n Babelia Cultura|s El Cultural ABC Cultu. Total
1 España 650 37.4% 53.4% 61.7% 43.9% 50.5%
2 Estados Unidos 196 20.6% 13.4% 10.6% 19.4% 15.2%
3 Reino Unido 98 7.8% 6.2% 8.8% 6.5% 7.6%
4 Francia 84 8.6% 6.9% 5.1% 5.2% 6.5%
5 Argentina 53 6.1% 4.3% 2.7% 3.2% 4.1%
6 Alemania 34 2.9% 2.3% 1.8% 5.2% 2.6%
7 Canadá 21 1.9% 2.0% 0.9% 2.6% 1.6%
8 Polonia 19 2.4% 0.3% 1.5% 1.3% 1.5%
9 México 17 2.7% 1.0% 0.0% 2.6% 1.3%
10 Italia 16 1.6% 1.3% 0.9% 1.3% 1.2%
Resto de países 178 17.6% 12.8% 11.3% 14.2% 13.8%
1 Europa 988 69.0% 78.0% 84.1% 72.3% 76.8%
2 Norteamérica 234 25.1% 16.4% 11.5% 24.5% 18.2%
3 Sudamérica 95 11.2% 5.6% 6.0% 5.8% 7.4%
4 Asia 25 2.1% 2.0% 2.2% 0.6% 1.9%
5 Centroamérica 11 0.8% 1.0% 0.9% 0.6% 0.9%
6 África 7 0.8% 0.3% 0.7% 0.0% 0.5%
7 Oceanía 5 0.8% 0.7% 0.0% 0.0% 0.4%
Variedad 42 33 36 29 58
% sobre el total 72.4% 56.9% 62.1% 50.0%

Desde una perspectiva diacrónica, se nota una clara disminución de la ratio de autores de nacionalidad española a lo largo de los años, como queda reflejado en la tabla 3. Desde 2010 hasta 2021, decrece hasta un 37.3%, o 24.9 puntos (desde el 66.7% al 41.8%). La transición ocurre entre 2013 y 2016, cuando se pasa del 70.5% al 38.3%: algo más de la mitad. Por el contrario, se aprecia un crecimiento progresivo de Estados Unidos, que comienza con un 5.6% de autores de esa nacionalidad en 2010 y asciende hasta el 19.6% en 2021, cerca de triplicar la proporción inicial. El resto de nacionalidades no muestra una clara tendencia al alza o a la baja, con oscilaciones coyunturales en función del año estudiado.

El fenómeno observado en los países tiene su réplica en los continentes, con Europa perdiendo hasta un 21.4% de su hegemonía entre 2010 y 2021 (del 88.9% al 69.9%) y Norteamérica triplicándola (de 7.4% a 21.6%), en tanto que en el resto de las regiones no se observan patrones claros. La cantidad de países con representación ha crecido en los años estudiados, en la línea del aumento del número de obras seleccionadas.

Tabla 3. Distribución de las obras por nacionalidad del autor y año (2010-2021)  
n 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
España 650 66.7% 59.7% 65.6% 70.5% 55.4% 45.4% 38.3% 42.4% 46.7% 49.3% 50.4% 41.8%
Estados Unidos 196 5.6% 12.9% 7.5% 8.0% 9.6% 14.4% 19.2% 16.1% 19.7% 15.8% 20.0% 19.6%
Reino Unido 98 5.6% 6.5% 6.5% 4.5% 4.8% 12.4% 8.3% 8.5% 8.0% 8.2% 6.7% 8.5%
Francia 84 3.7% 3.2% 3.2% 3.4% 10.8% 9.3% 10.0% 4.2% 5.8% 6.8% 5.2% 9.2%
Argentina 53 5.6% 3.2% 4.3% 1.1% 6.0% 7.2% 5.8% 5.1% 3.6% 4.8% 2.2% 2.0%
Alemania 34 3.7% 4.8% 2.2% 3.4% 0.0% 2.1% 7.5% 4.2% 0.0% 1.4% 2.2% 2.0%
Canadá 21 0.0% 0.0% 1.1% 3.4% 1.2% 0.0% 0.8% 1.7% 3.6% 2.1% 3.0% 0.7%
Polonia 19 0.0% 1.6% 1.1% 0.0% 2.4% 1.0% 1.7% 0.8% 0.7% 4.1% 1.5% 1.3%
México 17 1.9% 1.6% 3.2% 1.1% 2.4% 0.0% 1.7% 0.0% 1.5% 0.7% 1.5% 1.3%
Italia 16 0.0% 1.6% 0.0% 1.1% 0.0% 2.1% 1.7% 0.0% 3.6% 0.0% 1.5% 2.0%
Resto de países 178 20.4% 12.9% 10.8% 12.5% 14.5% 12.4% 9.2% 19.5% 14.6% 11.0% 11.9% 18.3%
Europa 988 88.9% 87.1% 86.0% 86.4% 80.7% 78.4% 71.7% 72.0% 74.5% 75.3% 71.9% 69.9%
Norteamérica 234 7.4% 14.5% 11.8% 12.5% 13.3% 14.4% 21.7% 17.8% 24.8% 18.5% 24.4% 21.6%
Sudamérica 95 9.3% 6.5% 5.4% 9.1% 8.4% 8.2% 7.5% 6.8% 5.8% 8.9% 5.2% 8.5%
Asia 25 3.7% 0.0% 1.1% 0.0% 2.4% 3.1% 1.7% 1.7% 1.5% 1.4% 2.2% 3.9%
Centroamérica 11 0.0% 0.0% 1.1% 1.1% 1.2% 1.0% 0.8% 0.8% 0.7% 0.0% 2.2% 0.7%
África 7 1.9% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 1.7% 0.7% 0.0% 0.0% 2.0%
Oceanía 5 1.9% 0.0% 0.0% 0.0% 1.2% 1.0% 0.0% 0.8% 0.7% 0.0% 0.0% 0.0%
Variedad 17 17 19 18 19 19 21 26 25 22 21 27
% sobre el total 29.3% 29.3% 32.8% 31.0% 32.8% 32.8% 36.2% 44.8% 43.1% 37.9% 36.2% 46.6%

En cuanto a los idiomas empleados en las obras, los cruces de variables expuestos en la tabla 4 indican un holgado predominio de libros en español en los cuatro suplementos, si bien El Cultural logra cotas del 67.0% frente al mínimo de 37.7% que arroja Cultura|s (un 43.7% menos). El idioma inglés se coloca como segunda lengua tras el español, con un máximo de 30.7% en Babelia y un mínimo de 20.6% en El Cultural. El francés cobra importancia en los suplementos de Cultura|s y Babelia, ambos por encima del 7%, pero pierde fuerza en El Cultural y en ABC Cultural, viéndose superado en este último suplemento por la lengua alemana, con un 6.5% del total.

El caso de Cultura|s, perteneciente a La Vanguardia, presenta una peculiaridad que lo distingue del resto: su apuesta por la literatura en catalán (22.0% de las recomendaciones), casi a la par que el inglés (23.3%), frente al resto de suplementos en los que esta lengua no llega al 1%, o incluso se instala en el 0.0%, como ocurre en ABC Cultural.

Tabla 4. Distribución de las obras por idioma y suplemento  
Idioma n Babelia Cultura|s El Cultural ABC Cultu. Total
1 Español 677 47.9% 37.7% 67.0% 51.6% 52.6%
2 Inglés 324 30.7% 23.3% 20.6% 29.0% 25.2%
3 Francés 81 7.8% 7.2% 4.6% 5.8% 6.3%
4 Catalán 71 0.8% 22.0% 0.2% 0.0% 5.5%
5 Alemán 42 4.5% 2.6% 1.5% 6.5% 3.3%
6 Italiano 15 1.6% 1.0% 0.9% 1.3% 1.2%
Resto de idiomas 74 6.7% 6.2% 5.1% 4.5% 5.8%
Variedad 19 20 18 10 27
% sobre el total 70.4% 74.1% 66.7% 37.0%

El estudio de la serie histórica permite detectar cambios de gran interés a lo largo de los once años contemplados en la investigación, dispuestos en la tabla 5. La dominancia del español en el año 2010 es abrumadora, con un 74.1% de las obras seleccionadas, situándose en segundo lugar las obras en inglés con un 14.8%. A lo largo de los años se aprecia una disminución notable de los primeros: de suponer tres de cada cuatro de los mejores libros del año, al final del período estudiado la cifra se queda en dos de cada cuatro (48.4% del total): la literatura escrita en español mengua, así, en un 34.1% en once años. La evolución contraria se observa con el inglés, que queda cerca de duplicarse en el periodo estudiado: de un 14.8% de libros en 2010 se asciende a un 28.8% en 2021. El resto de los idiomas no muestra una propensión clara en ninguno de los sentidos.

Tabla 5. Distribución de las obras por idioma y año (2010-2021)  
n 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Español 677 74.1% 67.7% 61.3% 65.9% 63.9% 46.4% 43.3% 46.6% 46.7% 45.9% 51.9% 48.4%
Inglés 324 14.8% 14.5% 16.1% 13.6% 15.7% 23.7% 30.8% 30.5% 33.6% 26.7% 31.1% 28.8%
Francés 81 3.7% 4.8% 4.3% 4.5% 10.8% 9.3% 9.2% 3.4% 5.1% 6.8% 4.4% 7.8%
Catalán 71 0.0% 0.0% 10.8% 8.0% 0.0% 7.2% 5.0% 5.1% 4.4% 11.0% 5.2% 3.9%
Alemán 42 5.6% 4.8% 2.2% 3.4% 0.0% 2.1% 5.8% 5.9% 3.6% 2.1% 1.5% 3.3%
Italiano 15 0.0% 1.6% 0.0% 1.1% 0.0% 2.1% 0.8% 0.0% 3.6% 0.0% 1.5% 2.0%
Resto de idiomas 74 1.9% 6.5% 5.4% 3.4% 9.6% 9.3% 3.3% 8.5% 2.9% 7.5% 4.4% 5.9%
Variedad 6 9 11 10 10 14 10 12 11 12 11 13
% sobre el total 22.2% 33.3% 40.7% 37.0% 37.0% 51.9% 37.0% 44.4% 40.7% 44.4% 40.7% 48.1%

Sellos y grupos editoriales de los libros seleccionados

Como se detalla en la tabla 6, Anagrama es la editorial por excelencia para tres de los cuatro suplementos culturales (12.6% del total de mejores libros). Presenta una mayor proporción en Babelia con un 15.2%, mientras que en ABC Cultural solo llega al 5.2%, quedando por debajo de Seix Barral y Alfaguara y a la par con Galaxia Gutenberg. Es Seix Barral, precisamente, la que aparece en segundo lugar (7.2% de las obras recomendadas), con una mayor presencia también en Babelia (7.8%). El Cultural parece decantarse en mayor medida por obras publicadas por Tusquets y ABC Cultural apuesta a la hora de confeccionar las listas sobre todo por Alfaguara, cuyo caso resulta paradigmático: entre los años 2010 y 2014, las obras de este sello suponen un 9.3% de media en los cuatro suplementos, pero la cifra desciende hasta el 4.3% en el período 2015-2021, poco después de materializarse su venta de PRISA a Penguin Random House. En cualquier caso, las cuatro grandes editoriales (Anagrama, Seix Barral, Tusquets y Alfaguara) comportan el 32.7% del total de obras seleccionadas; el 62.8% restante se reparte entre otras 167 editoriales. ABC Cultural es, en este sentido, el suplemento que más reparte sus recomendaciones entre las editoriales más pequeñas (solo el 23.9% de las obras citadas las editan los cuatro grandes sellos), mientras que Babelia muestra una mayor preferencia por los más vendidos (37.2%).

Tabla 6. Distribución de las obras por sello editorial y suplemento  
Editorial n Babelia Cultura|s El Cultural ABC Cultu. Total
1 Anagrama 162 15.2% 14.8% 11.5% 5.2% 12.6%
2 Seix Barral 92 7.8% 7.2% 6.9% 6.5% 7.2%
3 Tusquets 89 7.5% 4.9% 8.4% 5.2% 6.9%
4 Alfaguara 77 6.7% 5.2% 5.5% 7.1% 6.0%
5 Galaxia Gutenberg 49 1.9% 4.6% 4.4% 5.2% 3.8%
6 Random House 40 3.7% 3.9% 2.2% 2.6% 3.1%
7 Acantilado 38 2.9% 2.3% 3.5% 2.6% 3.0%
8 Debate 34 2.4% 1.0% 4.2% 1.9% 2.6%
9 Galaxia G./Círculo L. 33 4.0% 0.7% 2.9% 1.9% 2.6%
10 Salamandra 31 1.6% 4.3% 1.3% 3.9% 2.4%
11 Taurus 31 3.7% 0.7% 2.7% 1.9% 2.4%
12 Visor 31 1.9% 0.0% 4.4% 2.6% 2.4%
13 Libros del Asteroide 28 2.4% 2.3% 1.8% 2.6% 2.2%
Big-4 420 37.2% 32.1% 32.3% 23.9% 32.7%
Resto (salvo Big-4) 710 62.8% 67.9% 67.7% 76.1% 67.3%
Variedad 73 80 77 67 171
% sobre el total 42.7% 46.8% 45.0% 39.2%

Al estudiar los grupos en los que se enmarcan las distintas editoriales, se aprecia, como puede verse en la tabla 7, que en los cuatro suplementos las editoriales independientes (42.1% del total) se sitúan por encima de cada uno de los principales grupos de manera individual, pero no en conjunto (alcanzan un 57.9%). ABC Cultural se erige como la que mayor preferencia muestra por los sellos independientes, con un 48.4%, y El Cultural la que menos se inclina por editoriales fuera de conglomerados empresariales (37.4%). Planeta es el primer grupo en representación dentro de los cuatro suplementos (24.4%), mostrando una mayor proporción en El Cultural (28.1%) y Cultura|s (28.5%) que en Babelia (19.8%) o ABC Cultural (16.8%). En segundo puesto aparece el grupo Penguin Random House (15.6%), cuyas obras son seleccionadas en mayor medida por Babelia (18.2%) y ABC Cultural (16.1%). PRISA, grupo en el que se enmarca El País y por tanto Babelia, es más apoyada por este suplemento que por el resto, si bien las diferencias resultan poco reseñables (3.7%, frente al 3.2% de ABC Cultural, el 3.1% de El Cultural o el 1.6% de Cultura|s).

Tabla 7. Distribución de las obras por grupo editorial y suplemento  
Grupo Editorial n Babelia Cultura|s El Cultural ABC Cultu. Total
1 Independiente 542 40.9% 47.5% 37.4% 48.4% 42.1%
2 Planeta 314 19.8% 28.5% 28.1% 16.8% 24.4%
3 Penguin R. H. 200 18.2% 14.1% 14.2% 16.1% 15.6%
4 Feltrinelli 156 14.4% 14.8% 10.8% 5.2% 12.1%
5 Anaya 49 1.9% 2.3% 5.5% 6.5% 3.8%
6 PRISA 38 3.7% 1.6% 3.1% 3.2% 3.0%
Planeta + Penguin 514 38.0% 42.6% 42.3% 32.9% 40.0%
Resto 840 62.0% 57.4% 57.7% 67.1% 60.0%
Variedad 10 12 8 11 16
% sobre el total 62.5% 75.0% 50.0% 68.8%

En la tabla 8 puede contemplarse que las editoriales independientes son escogidas en el año 2010 (59.3%) en mayor medida que en el año 2021 (44.4%), una diferencia del 24.2% o de 14.9 puntos. No obstante, esta tendencia no parece constante a lo largo de los años, como sí ocurre con los dos grandes grupos, Planeta y Penguin Random House: el primero pasa del 9.3% en 2010 al 22.9% en 2021, un aumento del 146.2% en once años; el segundo asciende significativamente desde un 7.4% en 2010 hasta el 20.3% de 2021, con un crecimiento del 174.3%. Juntos, ambos grupos han pasado de aportar en 2010 el 16.7% de las obras seleccionadas al 43.1% en 2021, y con esta tendencia alcista en diversas anualidades han estado cerca de copar hasta la mitad de los mejores libros según los medios.

Tabla 8. Distribución de las obras por grupo editorial y año (2010-2021)  
POR GRUPO n 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Independiente 542 59.3% 46.8% 36.6% 38.6% 43.4% 34.0% 43.3% 48.3% 46.0% 32.2% 42.2% 44.4%
Planeta 314 9.3% 19.4% 26.9% 29.5% 26.5% 19.6% 23.3% 27.1% 22.6% 26.0% 30.4% 22.9%
Penguin RH 200 7.4% 6.5% 8.6% 6.8% 20.5% 17.5% 17.5% 9.3% 19.7% 21.2% 17.0% 20.3%
Feltrinelli 156 0.0% 6.5% 5.4% 17.0% 10.8% 21.6% 15.0% 11.9% 8.8% 17.8% 9.6% 12.4%
Anaya 49 5.6% 1.6% 4.3% 2.3% 1.2% 8.2% 0.8% 6.8% 4.4% 4.1% 3.7% 2.6%
PRISA 38 13.0% 16.1% 12.9% 10.2% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0%
Planeta+Penguin 514 16.7% 25.8% 35.5% 36.4% 47.0% 37.1% 40.8% 36.4% 42.3% 47.3% 47.4% 43.1%
Resto 840 83.3% 74.2% 64.5% 63.6% 53.0% 62.9% 59.2% 63.6% 57.7% 52.7% 52.6% 56.9%
Variedad 7 8 8 9 7 9 8 6 9 8 7 8
% sobre el total 43.8% 50.0% 50.0% 56.3% 43.8% 56.3% 50.0% 37.5% 56.3% 50.0% 43.8% 50.%

Feltrinelli, por su parte, alcanza, gracias a Anagrama, cierta relevancia a lo largo de los años, hasta llegar a un 12.4% en 2021, pues presentaba un 0% de obras recomendadas en el año 2010. Anaya y PRISA, al contrario que otros grupos, muestran un descenso en el periodo estudiado: Anaya cae a menos de la mitad entre 2010 y 2021 (de 5.6% a 2.6%), y PRISA desaparece a partir del año 2014.

Edad de los autores

En última instancia conviene repasar el perfil etario de los autores recomendados. El primer dato que se aprecia en la tabla 9 es su edad media, situada en 58.5, con oscilaciones de menos de tres años entre unos suplementos y otros: Cultura|s muestra el promedio de edad más bajo, con 55.8 años, mientras que en ABC Cultural se supera la franja de los sesenta años (60.2). Si se computan, además, los escritores fallecidos, es el propio ABC Cultural el que tiende en mayor medida a incluirlos, con un 26.5% de difuntos en sus listas, lo que supone algo más de uno de cada cuatro autores recomendados. En El Cultural y Cultura|s, por contra, para encontrar un escritor fallecido hay que aumentar la cuenta a 25 (4.6% y 4.2% de las recomendaciones, respectivamente). En cuanto a los rangos de edad, se observa que los autores de 35 años o menos representan una pequeña parte de la muestra (3.7%), y hay, de hecho, más escritores tan solo en la franja de 76-80 años (4.8%) que menores de 35. El rango que más individuos acoge es el que abarca de los 61 a los 65 años (12.6%), donde se observa el porcentaje de autores más alto en casi todos los suplementos (Babelia 12.8%; Cultura|s 13.4%; El Cultural 12.8%; ABC Cultural 9.7%). A este pico solo se acercan otras dos franjas de edad, en concreto la inmediatamente anterior (10.6% entre 56 y 60) y la inmediatamente posterior (10.4% entre 66 y 70).

Tabla 9. Edad de los autores en rangos de 5 años según el suplemento  
Babelia Cultura|s El Cultural ABC Cultu. Total
Edad promedio (vivos) 59.9 55.8 58.8 60.2 58.5
Mediana (vivos) 60 56 59 60 58
Mínimo 25 26 26 35 25
Máximo 101 89 98 97 101
# de fallecidos 48 14 19 41 122
% de fallecidos 12.8% 4.6% 4.2% 26.5% 9.5%
Hasta 30 1.3% 2.6% 1.8% 0.0% 1.6%
31-35 1.9% 2.6% 2.2% 1.3% 2.1%
36-40 4.5% 8.2% 4.6% 3.2% 5.3%
41-45 7.8% 10.2% 7.7% 8.4% 8.4%
46-50 9.4% 11.5% 9.7% 5.8% 9.6%
51-55 8.6% 11.5% 10.8% 9.0% 10.1%
56-60 10.2% 11.1% 11.9% 6.5% 10.6%
61-65 12.8% 13.4% 12.8% 9.7% 12.6%
66-70 9.1% 8.9% 13.1% 9.0% 10.4%
71-75 6.4% 6.9% 8.0% 4.5% 6.8%
76-80 5.9% 3.3% 5.3% 3.9% 4.8%
81-85 3.7% 2.6% 3.1% 1.3% 3.0%
86-90 2.7% 1.3% 1.1% 1.9% 1.7%
91-95 0.8% 0.0% 0.2% 1.9% 0.5%
96-100 0.3% 0.0% 0.2% 0.6% 0.2%
Más de 100 0.3% 0.0% 0.0% 0.0% 0.1%

La aparente preferencia por escritores de avanzada edad la subrayan otros datos: el 9.5% de los autores recomendados han fallecido, y el 9.0% tiene 40 años o menos. Es decir: se recomienda a más escritores difuntos que jóvenes. En el caso concreto de ABC Cultural —que opta por no incluir a ningún autor menor de 35 años— hay más autores fallecidos que menores de 54. El autor más joven cuenta 25 años (la española Andrea Abreu, por Panza de burro); el mayor, 101 (el germanoneerlandés Hans Keilson por La muerte del adversario). En términos globales, la edad que más porcentaje aporta al total es 70 años, con un 3.2% del total, con lo que se recomienda a más literatos de exactamente 70 años que a menores de 34 (2.8%).

Conclusiones

El objetivo principal de la presente investigación reside en determinar el tipo de recomendaciones literarias que llevan a cabo los suplementos culturales a través de las listas de mejores libros publicadas a finales de año. En primer lugar, se estudió la nacionalidad de los autores inmersos en estas listas y el idioma en el que se escriben sus obras literarias (O1). La primera conclusión es que los libros de escritores españoles tienen prioridad sobre el resto, si bien esta predominancia se observa en mayor medida en unos suplementos que en otros: El Cultural, de El Mundo, muestra un 61.7% frente a Babelia, de El País, con un 37.4%. Es posible que la tendencia ideológica de la prensa en la que se enmarcan haya tenido influencia, y por ello el suplemento de El Mundo apuesta en mayor medida por autores nacionales y el de El País parece tener una perspectiva más internacionalista. Esta regla no aplicaría a ABC Cultural, cuyo perfil coincide más con Babelia que con El Cultural; Cultura|s de La Vanguardia, por su parte, se maneja en otras coordenadas por el importante matiz de la lengua, como se explicará más adelante.

Atendiendo al análisis diacrónico, la presencia de literatos españoles ha disminuido un 34.1% entre 2010 y 2021 en los cuatro suplementos, por lo que en general parece haber mayor predilección en los últimos años por explorar las novedades literarias del extranjero. Sin embargo, el país que mejor se presta a estas incursiones es Estados Unidos: las obras escritas por sus autores ocupan sistemáticamente el segundo lugar en todos los suplementos, donde alcanza ya cada año el 20% de las recomendaciones —cuadruplicando el 5.6% que se anotaba al inicio del periodo de estudio, en 2010—, empezando a ejercer como referencia para la prensa patria y mostrando un poderío cultural habitual en otras disciplinas como el cine pero que, hasta ahora, no había demostrado en el ámbito de la literatura.

En términos lingüísticos vuelve a dominar, al igual que ocurre con la nacionalidad, el español con un 52.6% del total de libros seleccionados. Debe tenerse en cuenta que, a diferencia de la variable anterior, la literatura en español incluye a autores hispanohablantes de todo el mundo, al igual que se excluyen todas aquellas obras de autores españoles escritas en otra lengua (catalán, euskera, gallego…). El Cultural (67%) y ABC Cultural (51.6%), de tendencia más conservadora, son los que mayor literatura en español recomiendan, mientras que Babelia apuesta por obras en otros idiomas, limitando el español a menos de la mitad (47.9%). Cultura|s (37.7%) presenta la menor proporción de obras en español debido a la apuesta por el catalán de su cabecera madre, La Vanguardia, con secciones dentro de sus listas dedicadas exclusivamente a literatura en esta lengua. Las obras en catalán ocupan el 22.0% del total en Cultura|s pero no alcanza el 1% en el resto de suplementos: aun así, es hasta cuatro veces más habitual encontrar libros en catalán en Babelia, del diario progresista El País, que en El Cultural, del conservador El Mundo. En ABC Cultural, por su parte, no se recomienda una sola obra escrita en catalán.

El inglés es la segunda lengua preferida en las recomendaciones, sobre todo para Babelia (30.7%) y ABC Cultural (29.0%), lo que vuelve a poner de manifiesto la influencia de sus dos grandes embajadores, Estados Unidos y Reino Unido. El francés, la tercera lengua a gran distancia del inglés, parece recibir bastante más atención de Babelia y Cultura|s que de El Cultural y ABC Cultural, lo cual nuevamente puede venir motivado por las líneas editoriales de cada cabecera y los lazos históricos existentes entre España y Francia.

En lo que respecta a las editoriales y grupos empresariales a las que estas pertenecen (O2), ha quedado patente el predominio de Anagrama en tres de los cuatro suplementos, lo que parece situarla como editorial de referencia. La diferencia es notable con las tres editoriales que la siguen (Seix Barral, Tusquets y Alfaguara), que a su vez marcan una distancia amplia con el resto. Es de interés el caso de la última, Alfaguara, cuya media desde el año 2010 a 2014 (9.3%) decrece hasta el 4.3% entre los años 2015 y 2021. El año 2014 parece ser el punto de inflexión, en el que las recomendaciones bajo el sello Alfaguara se reducen ostensiblemente (Babelia pasa de un 9.0% a un 0%; igual ocurre con El Cultural, que merma desde un 9.6% al 0%), justo tras su venta de PRISA al grupo Penguin Random House.

En lo referente a los grupos editoriales, Planeta y Penguin Random House protagonizan las listas de los cuatro suplementos: Planeta engloba dos de las editoriales que más obras contribuyen (Seix Barral y Tusquets), además de otras editoriales también ampliamente representadas en las listas (Deusto, Destino, Espasa…), y Penguin Random House comprende otra de las cuatro editoriales principales (Alfaguara), junto a otras con representación algo más modesta (Random House, Salamandra, Taurus…). Su crecimiento, además, ha sido sostenido, triplicando sus dígitos entre 2010 y 2021, rondando la mitad de los libros destacados en las últimas ediciones y con visos de superar fácilmente el umbral del 50% en años venideros. Un escenario en el que dos grupos dominan la inmensa mayoría de las recomendaciones literarias, que a su vez determinan en buena medida los hábitos de lectura de los lectores, aparece como amenaza a la diversidad del panorama cultural español, ya marcada por las más que notables diferencias de acceso entre territorios ().

Por último, uno de los rasgos más llamativos es el de la edad (O3): los resultados permiten vislumbrar una clara inclinación hacia los autores de edad avanzada frente a los jóvenes, superados incluso por los ya fallecidos. Como se destacaba en el apartado de resultados, hay más escritores entre los 76 y los 80 que menores de 35, y en suplementos como ABC Cultural no se detecta un solo autor menor de 35 años en once años. Además, una décima parte de los escritores incluidos en las listas ha fallecido (hasta un 26.5% en ABC Cultural), porcentaje que conduce a la conclusión de que hay más difuntos que menores de 40 años. Por un lado, puede interpretarse como la ratificación de la asociación de obras canónicas con clásicos (): es posible que no haya pasado el tiempo necesario como para que los autores jóvenes se hayan asentado como figuras literarias canónicas que merezcan aparecer en estas listas —en el caso académico, un factor de canonización clave es la cantidad de publicaciones y la atención crítica de la obra en cuestión—. Por otro, puede apuntar al hermetismo del panorama literario, circuito del que pueden verse excluidos en numerosas ocasiones los escritores noveles por motivos extraliterarios. Además, otorga razones para la pérdida de fuerza del crítico literario en los gustos o hábitos de los lectores jóvenes, especialmente entre los 13 y 25, como se recoge en y ). El hecho de que la autora más joven en las listas tenga 25 años (35 en ABC Cultural) o que la edad promedia en todos los suplementos sea de 58.5 años, impide que los lectores jóvenes encuentren literatos en los que reflejarse, o literatura que se centre en la experiencia de las nuevas generaciones, que solo puede ser emulada y no encarnada por los escritores de edad avanzada.

La jerarquización literaria propuesta por los suplementos culturales, contemplada en este estudio como un agente moldeador de los hábitos de lectura actuales por su potencial prescriptor, muestra un proceso diacrónico notable en las distintas variables estudiadas. Por un lado, la promoción de lo propio a través de la inclusión de obras escritas por autores españoles o en español; si bien la tendencia internacionalista ha hecho disminuir esta clara preferencia, con Estados Unidos y el inglés en cercano seguimiento de la producción patria. El monopolio editorial se asienta aún más en torno a los grandes grupos editoriales, Planeta y Penguin Random House, a lo largo de los años estudiados, conglomerados que cada año absorben sellos relevantes a nivel nacional. Por último, la madurez goza de un estatus privilegiado en el circuito literario, con autores de avanzada edad cuyas obras colman las listas cada año, excluyendo a jóvenes artistas de la participación directa en la agenda cultural española y, de manera indirecta, en los hábitos lectores de los ciudadanos. En atención a los datos, la prescripción de los suplementos culturales dirige al lector hacia obras que encarnan unos rasgos tipológicos concretos, pese a argüir únicamente criterios estético-literarios en el proceso de selección.

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