Se examina la evolución de las pausas de la lectura oral en 26 escolares chilenos de educación básica: nueve con buen desempeño en comprensión lectora en 4.º y 6.º año; ocho con desempeño bajo en 4.°, pero bueno en 6.°, y nueve que lo mantienen bajo. Como grupo de referencia, participaron nueve estudiantes universitarios. Se clasificaron las pausas en adecuadas e inadecuadas, y en silencios, vacilaciones y alargamientos mediante el software PRAAT. No hubo diferencias en las pausas adecuadas, pero sí en la frecuencia de pausas inadecuadas. El grupo con más baja comprensión lectora presentó la frecuencia más alta. En 6.º año todos mejoraron su desempeño inicial, pero persistió la brecha entre los estudiantes con mayor y menor desarrollo en comprensión lectora, mientras que el grupo que incrementa su comprensión tiende a mejorar su manejo de pausas. Respecto de los universitarios, el grupo con buena comprensión se acercó más a ese grupo de referencia al llegar a 6.º año. Se confirma la importancia de la puntuación para guiar las pausas gramaticales y se respalda la existencia de diferencias en la evolución del uso de pausas entre estudiantes con diferente desarrollo en comprensión lectora.
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Cómo citar
Arancibia-Gutiérrez, B., León-Valdés, H., & Vásquez-Venegas, I. (2025). Evolución de las pausas de la lectura en escolares con diferentes trayectorias en comprensión lectora. Ocnos, 24(2). https://doi.org/10.18239/ocnos_2025.24.2.550
Arancibia-Gutiérrez, León-Valdés, and Vásquez-Yáñez: Evolución de las pausas de la lectura en escolares con diferentes trayectorias en
comprensión lectora
Introducción
Desde un enfoque fonético, la prosodia se entiende como el conjunto de rasgos suprasegmentales
característicos del habla: acento, entonación, tono, ritmo, melodía, pausas, velocidad
de elocución y cualidad de la voz (). Desde una perspectiva complementaria, la consideran un recurso comunicativo que permite la comprensión y expresión de intenciones
comunicativas mediante un proceso cognitivo basado en los rasgos suprasegmentales
de entonación, variaciones de intensidad y pausas. Estos rasgos también se manifiestan
en la lectura en voz alta y son buenos indicadores del nivel de desarrollo de las
habilidades de lectura fluida (; ).
Revisiones y metaanálisis informan que el desempeño prosódico en lectores fluidos
corresponde a una lectura con mayor amplitud y variación de tono (F0), con agrupamiento
de las palabras en unidades significativas (frases, oraciones), y con pausas cuya
ubicación y duración no entorpecen el sentido de las frases (; ). Las investigaciones muestran que, pasado el aprendizaje inicial de la lectura,
un desempeño prosódico bajo se relaciona con un bajo rendimiento en comprensión lectora,
incluso en niños con habilidades de decodificación acordes con su edad (; ; véase la revisión de , basada en estudios con niños y niñas hispanoablantes). Aún más, el desempeño prosódico
en la lectura oral puede llegar a predecir la pertenencia al grupo de estudiantes
con mayores o menores habilidades en comprensión lectora ().
Uno de los aspectos prosódicos de la lectura oral que primero diferencia entre escolares
con buen y bajo desempeño en comprensión lectora son las pausas (; ). Sin embargo, aún son escasos los estudios longitudinales al respecto. En ese contexto,
la presente investigación analiza la evolución del uso de pausas en la lectura oral
de escolares chilenos con diferente desarrollo en comprensión lectora y establece
comparaciones con lectores adultos como grupo de referencia. Para situar el estudio,
en el siguiente apartado se explican los tipos de pausas. Además, se presenta una
revisión sucinta del estado del arte sobre el uso de pausas en la lectura en voz alta
y su relación con la comprensión lectora.
Marco referencial
En el lenguaje oral, una pausa corresponde a un “silencio o vocalización intercalado
en el discurso” (). Su ubicación, frecuencia y duración se asocian con la coordinación respiración/voz
y la planificación articulatoria (), con la delimitación de las unidades discursivas que estructuran el habla y con
la planificación del discurso (). Es posible distinguir entre pausas sonoras o llenas y silenciosas o vacías (). Las sonoras se manifiestan como vocalizaciones (“mm”) o alargamientos vocálicos
y consonánticos de las palabras, mientras que las pausas silenciosas corresponden
a la interrupción de la fonación.
En la lectura en voz alta, las pausas son menos frecuentes que en el habla. Además,
predominan las pausas silentes por sobre las sonoras (; ; ). Las investigaciones se refieren principalmente a las primeras, que pueden ser gramaticales
o agramaticales. Las gramaticales cumplen una importante función demarcativa, generalmente
guiada por la puntuación. Es decir, responden más a una prosodia sintáctica que a
una expresiva (), pues permiten que el lector lea respetando los límites sintácticos y el significado
del texto. Además, de manera secundaria u optativa, el lector puede emplear pausas
con fines expresivos, por ejemplo, mediante el alargamiento de determinados segmentos
de las palabras (“eres taaan egoísta”). Las agramaticales, en cambio, son pausas inapropiadas
entre palabras, provocan un quiebre en la estructura de frase y pueden alterar el
significado de lo leído (). En lectores menos hábiles también es posible observar pausas sonoras intrusivas,
lo que puede provocar fenómenos como alargamientos vocálicos o consonánticos, generalmente
relacionados con más dificultades para leer las palabras (“sorpreennn…dida”) (; ).
Algunas investigaciones evidencian que la habilidad para manejar bien las pausas durante
la lectura oral se desarrolla relativamente rápido en los primeros años de escolaridad,
probablemente porque es uno de los aspectos prosódicos que más se beneficia del buen
reconocimiento de palabras (; ; ; ; ). Destaca el estudio de , que analiza el patrón de pausas respiratorias y sintáctico-prosódicas de 295 estudiantes
de habla francesa de entre segundo y séptimo año de educación primaria, y lo compara
con el de 20 adultos. Los resultados revelaron que los participantes de segundo año
realizaban más pausas no gramaticales, respiraban con mayor frecuencia y producían
más retrasos entre la inhalación y la fonación. Los de cuarto año, en cambio, planificaban
mejor sus pausas respiratorias y se guiaban más por la puntuación. Por su parte, los
de séptimo grado planificaban las pausas como los adultos. El estudio concluye que
el manejo adecuado de pausas se adquiere gradualmente entre segundo y séptimo grado,
con un rol importante de la puntuación como guía.
En contexto español, describen las pausas marcadas por signos de puntuación, y pausas entre y al interior
de palabras en 20 escolares de tercer año de primaria, 20 de quinto y un grupo de
adultos. El total de pausas y su duración fueron mayores en el grupo de tercer año.
En quinto año se observaron algunas características de la lectura del adulto, principalmente
en cuanto a la duración de las pausas. Posteriormente, en un estudio longitudinal
con 40 estudiantes, encontraron que las pausas inapropiadas (no concordantes con la puntuación) disminuían
significativamente entre el primer y segundo año, mientras que su duración iba disminuyendo
paulatinamente hacia el tercer año. La cantidad de pausas adecuadas (concordantes
con la puntuación) se mantenía, pero su duración disminuía significativamente entre
segundo y tercer año.
Por su parte, analizaron el desempeño de 100 estudiantes universitarios bilingües (vasco-español)
que leyeron una noticia en voz alta. Las pausas silenciosas fueron las más frecuentes
y de duración muy heterogénea. Aunque sólo el 6% del total correspondía a pausas agramaticales,
el 35% de los participantes hizo alguna pausa agramatical o alguna pausa intrusiva
al interior de una palabra.
Pausas y comprensión lectora
Uno de los primeros estudios en español en abordar la relación entre pausas de la
lectura oral y comprensión lectora es el de , realizado con 24 escolares argentinos de tercer año de primaria. Los resultados
mostraron que menos pausas, pero bien localizadas, se relacionaban con una mayor velocidad
lectora, y con un mejor desempeño en lectura de palabras y en comprensión lectora.
Investigaciones posteriores confirman la relación entre adecuación de las pausas en
la lectura oral y comprensión lectora. En contexto angloparlante, examinaron, en 92 escolares estadounidenses, si el desarrollo de la lectura prosódica
al final de primer y segundo año de primaria predecía el desempeño en fluidez y comprensión
lectora al final del tercer año, con independencia de las habilidades de lectura de
palabras. Los predictores más importantes fueron la disminución del número de pausas
intrusivas en segundo año, y la adquisición temprana de un contorno de entonación
similar al del adulto, lo que a su vez estaba determinado por la disminución de las
pausas inadecuadas.
En contexto francófono, analizaron la relación entre pausas y comprensión lectora en 33 estudiantes de segundo
año de primaria. El estudio encontró que las pausas inapropiadas impactaban negativamente
en la comprensión, independientemente de la velocidad y la precisión lectora. Los
resultados respaldaron la hipótesis de que usar las pausas respetando intencionalmente
las marcas de puntuación se relaciona con una mejor comprensión lectora. En España,
estudiaron la relación entre comprensión lectora y diversos parámetros prosódicos
de la fluidez lectora en tercer y sexto año de primaria. De cada curso seleccionaron
a 10 estudiantes con buenos desempeños en comprensión de textos orales y escritos,
y a otros 10 con buen desempeño en comprensión oral, pero bajo en comprensión escrita.
El análisis mostró que una comprensión lectora más baja se relacionaba con una mayor
frecuencia de pausas inapropiadas. Más recientemente, relacionan la fluidez y la comprensión de lectura en 116 estudiantes argentinos de
quinto año. El grupo con alto nivel de comprensión mostró un desempeño significativamente
mejor en fluidez lectora, con buena continuidad, sin pausas intrusas y una adecuada
delimitación de las frases y oraciones del texto.
Otras investigaciones han comenzado a indagar en las pausas utilizadas por escolares
con algún diagnóstico de necesidades educativas especiales relacionadas con el desarrollo
del lenguaje. describen una mayor frecuencia de pausas innecesarias en niños diagnosticados con
Trastorno Específico del Lenguaje, cuadro asociado a riesgo de dificultades lectoras.
Por su parte, comparan las pausas de 20 estudiantes chilenos con desarrollo típico del lenguaje
(DTL) con las de cinco niños diagnosticados con trastorno del espectro autista (TEA),
todos de cuarto año. La mitad del grupo con DTL tenía un buen rendimiento en comprensión
y fluidez lectora, y la otra mitad tenía un desempeño bajo. El grupo con buen desarrollo
lector hizo menos pausas, y presentó escasas vacilaciones y alargamientos. El grupo
con desempeño lector bajo hizo más pausas y no se diferenció de los niños con diagnóstico
de TEA en los silencios y otros fenómenos como alargamientos, vacilaciones, tanteos
articulatorios y repeticiones.
En síntesis, la evidencia indica que la habilidad para usar adecuadamente las pausas
en la lectura oral se adquiere en los primeros años de escolaridad, guiada por los
signos de puntuación. Alrededor del sexto año, el desempeño de los estudiantes ya
se parece al del adulto (; ). Además, las investigaciones sugieren que la forma en que los estudiantes usan las
pausas es un buen indicador del desarrollo de sus habilidades lectoras. Sin embargo,
aunque se ha documentado la relación entre pausas y comprensión lectora (; ; ), la mayoría de las investigaciones sigue un diseño transversal, limitándose a un
sólo momento del desarrollo lector. Además, no se ha profundizado lo suficiente en
los tipos de pausas que pueden aparecer en la lectura de los estudiantes. Nuestra
investigación contribuye a llenar estos vacíos a través de un estudio longitudinal
cuyo objetivo es examinar la evolución del uso de distintos tipos de pausas en escolares
con distintas trayectorias en comprensión lectora. A diferencia de estudios que comparan
grupos etarios distintos, este análisis permite observar cambios intraindividuales
en el tiempo. Además, la inclusión de una tipología detallada de pausas (silencios,
vacilaciones y alargamientos) y la comparación con un grupo de universitarios como
referencia brindan una perspectiva más integral del desarrollo lector.
Esta investigación busca responder la siguiente pregunta: ¿Cómo evolucionan las pausas
de la lectura oral en escolares chilenos con distintas trayectorias en comprensión
lectora entre 4.° y 6.° año de educación básica, y en qué medida su desempeño se aleja
o aproxima al de lectores adultos? Se espera que los escolares con buena comprensión
lectora en 4.° y 6.° presenten una mejor evolución en el uso de pausas y que al llegar
a 6.° año estrechen las diferencias con los adultos. Los niños que mejoran su comprensión
también tendrían que mejorar su manejo de pausas. En cambio, quienes mantienen baja
su comprensión lectora sostendrán una mayor frecuencia de pausas inadecuadas y seguirán
más distantes del desempeño de los lectores adultos.
Método
El diseño es descriptivo y longitudinal. La recolección de datos se realizó en dos
sesiones en 4.º y 6.º año, sin intervención entre ambas mediciones.
Participantes
La muestra es una selección de participantes de una investigación más amplia, quienes
fueron evaluados en comprensión lectora y fluidez de la lectura oral en 4.º (2019)
y 6.º año (2021) de Educación Básica. Pertenecían a diferentes escuelas públicas y
presentaban un desarrollo cognitivo normotípico, medido en 4.º año a través de Test
de Raven, Escala Coloreada (). La investigación cumplió con todos los requisitos éticos de la investigación actual
y contó con la autorización del comité de ética de la universidad responsable.
Definimos tres perfiles de selección, representativos de diferentes trayectorias en
comprensión de lectura:
- Perfil 1: estudiantes con buena comprensión lectora en 4.º y 6.º año (percentil
≥ 50).
- Perfil 2: estudiantes con comprensión lectora baja en 4.º año (percentil ≤ 40),
pero que en 6.º año hubiesen mejorado su desempeño (percentil ≥ 45).
- Perfil 3: estudiantes con comprensión lectora baja sostenida (percentil ≤ 40 en
4.º y 6°).
Se excluyó a estudiantes con desempeños deficientes en lectura de palabras y pseudopalabras,
(dos desviaciones estándar por debajo del desempeño esperado), lo que había sido medido
en ambos cursos a través del subtest de Lectura de palabras y pseudopalabras de la
batería PROLEC-R (). Las diferencias intergrupales no fueron significativas en 4.º (pseudopalabras:
H = 1.8, p = .41; palabras: H = 3.9, p = .14) ni en 6.º año (pseudopalabras: H = 5.3,
p = .07; palabras: H = 3.4, p = .18).
Finalmente, resultaron seleccionados 26 participantes. Su edad promedio en 4.° año
era de 9 años, 5 meses de edad. Para la segunda medición, en 6.° año, tenían en promedio
11 años, 7 meses. De acuerdo con su perfil en comprensión lectora, quedaron agrupados
de la siguiente forma:
- Perfil 1: n = 9 (5 niñas + 4 niños)
- Perfil 2: n = 8 (6 niñas + 2 niños)
- Perfil 3: n = 9 (6 niños + 3 niñas)
Como grupo de referencia, seleccionamos a nueve estudiantes universitarios de 4.º
y 5° año de Pedagogía de una misma institución de educación superior, de 30 que voluntariamente
realizaron la misma tarea de lectura en voz alta que los escolares. Esto permitió
establecer las comparaciones con las pausas utilizadas por lectores adultos.
Instrumentos
Para medir la comprensión lectora y obtener las lecturas en voz alta, se emplearon
los siguientes instrumentos:
- Prueba de Comprensión Lectora de Complejidad Lingüística Progresiva (CLP), Forma
A (), estandarizada para la población escolar chilena. En 4.º año se utilizó el Cuarto
Nivel, Forma A (18 puntos máximo). En 6.º año, se aplicó el Sexto Nivel, forma A (40
puntos máximo). Las puntuaciones se llevan a una escala de percentiles. Presenta un
Alpha de Cronbach =.71.
- Texto para lectura en voz alta: se utilizó una fábula de 215 palabras distribuidas
en 17 oraciones, seleccionada del Texto del Estudiante Lenguaje y Comunicación de
4.º año. Según la Escala Inflesz de legibilidad (; véase https://legible.es/blog/escala-inflesz/), es un texto “bastante fácil de leer”.
Procedimiento de recogida de datos
La toma de datos se desarrolló en dos sesiones durante la jornada habitual de clases
y a cargo de una de las investigadoras y dos examinadoras capacitadas. La prueba de
comprensión de lectura se aplicó en el salón de cada curso, con acompañamiento de
la profesora responsable. En la misma semana, cada participante leyó en voz alta en
una sala libre de distractores. El texto se presentaba en papel (letra calibrí, tamaño
14) con la consigna de leerlo en voz alta lo mejor que pudieran. Para las grabaciones
se utilizó una grabadora de voz semiprofesional (TASCAM DR-40).
Procedimientos de análisis
El texto contenía 36 pausas gramaticales (obligatorias, marcadas por signos de puntuación).
Además, se identificaron tres pausas no marcadas, pero gramaticales, y siete pausas
opcionales, correspondientes a posibles alargamientos de carácter expresivo, que fueron
revisadas y validadas por un experto externo a la investigación. En su conjunto, todas
estas pausas se consideraron adecuadas. Posteriormente, se generaron los espectrogramas
y se crearon objetos de texto o TextGrids para etiquetar y segmentar las señales acústicas de las pausas con el software Praat.
Además, se contrastaron los espectrogramas con un análisis perceptual auditivo. Enseguida,
lectura por lectura se identificaron y etiquetaron las pausas como adecuadas o inadecuadas
y se clasificaron como silencios, alargamientos o vacilaciones. Siguiendo la descripción
de , los silencios corresponden a una interrupción repentina de la cadena del habla sin
producción de vacilaciones ni alargamientos de los segmentos. Los alargamientos son
prolongamientos que aumentan la duración de un segmento vocálico o consonántico y
pueden ir o no precedidos de silencio. Las vacilaciones corresponden a silencios antecedidos
de tanteos articulatorios, repeticiones de sílabas o palabras, o de otros fenómenos
equivalentes a errores que se presentan durante la lectura en voz alta. Para la extracción
de datos, se utilizó un código de programación o script para Praat (), que proporcionó una planilla Excel con la información requerida.
El corpus quedó conformado por 2526 pausas en 4.º año, 895 adecuadas y 1631 inadecuadas.
En 6.º año, fue de 1832 pausas, 908 adecuadas y 924 inadecuadas. En los universitarios,
fue de 340, 313 adecuadas y 37 inadecuadas. El análisis se realizó con el software
SPSS v. 24.0. Para evaluar la normalidad y la homogeneidad de varianzas, se utilizó
la prueba de Shapiro Wilk y de Levene, respectivamente. Para las comparaciones intergrupales
por curso, se realizó un análisis de varianza no paramétrico (Kruskal Wallis). Cuando
el análisis de varianza resultó significativo, se realizaron contrastes. Para establecer
si había diferencias en la cantidad de pausas entre 4.º y 6.º básico para cada perfil,
se utilizó la prueba de Wilcoxon. En todos los casos se utilizó un nivel de significancia
de 0.05.
Resultados
En primer lugar, se presentan los datos sobre comprensión lectora para cada perfil
de escolares. La tabla 1 muestra los descriptivos correspondientes a las medias (M) y sus desviaciones estándar
(DE) en los dos momentos de aplicación de la prueba.
Tabla 1Desempeños en comprensión lectora por grupo participante
4.º básico
6.º básico
Puntuación (18 máx.)
Percentil
Puntuación (40 máx.)
Percentil
Perfil
M (DE)
M (DE)
M (DE)
M (DE)
Perfil 1
15.78 (0.67)
96.67 (5.0)
29.33 (2.18)
82.22 (9.72)
Perfil 2
8.0 (2.07)
26.25 (10.61)
23.63 (2.83)
57.50(10.35)
Perfil 3
6.89 (1.76)
16.67 (8.66)
14.56 (4.85)
26.67 (12.75)
En segundo lugar, para responder la pregunta de investigación, se presentan los resultados
del análisis de las pausas: total, adecuadas, inadecuadas y subtipos. Los descriptivos
(M y DE) referidos al total de pausas en cada grupo se muestran en la tabla 2.
Tabla 2Pausas por curso y perfil
4.º básico
6.º básico
Perfiles
M (DE)
M (DE)
Perfil 1
62.44
(16.44) b
49.44
(5.83) b
Perfil 2
90.25
(35.42) ab
64.25
(24.74) ab
Perfil 3
138.00
(64.00) a
97.00
(41.52) a
Universitarios
37.78 (3.35) c
[i]Nota. Letras distintas indican diferencias significativas en cada curso según perfil, al
nivel de p < .05
El análisis arrojó diferencias significativas según perfil, tanto en 4.º (H = 24.4,
p < .01, = 0.7) como en 6.º año (H = 26.1, p < .01, = 0.7). En ambos cursos, las diferencias entre el total de pausas del grupo con buena
comprensión (perfil 1) y de los participantes con baja comprensión (perfil 3), fueron
estadísticamente significativas, tal como lo indican las letras. El grupo del perfil
2 se ubicó en un punto intermedio, sin diferencias estadísticamente significativas
con los otros dos grupos.
Respecto a los estudiantes universitarios, las diferencias resultaron significativas
con los tres perfiles de escolares, tanto en 4.º como en 6.º año. Por último, la cantidad
total de pausas disminuyó significativamente en 6.º año en los tres perfiles (perfil
1: W = 2.1, p = .03, = 0.5; perfil 2: W = 2.5, p = .01, = 0.6; perfil 3: W = 2.7, p < .01, = 0.6).
El siguiente paso fue examinar las pausas adecuadas. Los descriptivos correspondientes
se presentan en la tabla 3.
Tabla 3Pausas adecuadas por curso y perfil
Pausas adecuadas
4.º básico
6.º básico
Participantes
M (DE)
M (DE)
Perfil 1
35.00
(3.16) a
35.00
(4.12) a
Perfil 2
32.50
(5.45) a
34.50
(3.66) a
Perfil 3
35.56
(4.93) a
35.22
(5.72) a
Universitarios
34.78 (2.45) a
[i]Nota. Letras distintas indican diferencias significativas en cada curso según perfil, al
nivel de p < .05
No se encontraron diferencias significativas intergrupales en la cantidad de pausas
adecuadas ni en 4.º (H = 1.6, p = .66, = 0.0) ni en 6.º año básico (H = 0.2, p = .41, = 0.0). Tampoco se encontraron diferencias al comparar 4.º y 6.º en cada perfil.
Estas pausas corresponden casi en un 100% a silencios coincidentes con las marcas
de puntuación, con una aparición muy marginal de alargamientos como pausas de carácter
expresivo. Los resultados sobre estos subtipos de pausas se muestran en la tabla 4.
Tabla 4Pausas adecuadas: silencios y alargamientos por curso y perfil
Silencios
Alargamientos
4.º básico
6.º básico
4.º básico
6.º básico
Perfil
M (DE)
M (DE)
M (DE)
M (DE)
Perfil 1
34.67
(3.04) a
34.89
(4.26) a
0.22
(0.44) a
0.11
(0.33) a
Perfil 2
32.00
(5.10) a
34.13
(3.80) a
0.50
(0.76) a
0.38
(0.52) a
Perfil 3
35.44
(4.85) a
35.00
(5.59) a
0.00
(0.00) a
0.00
(0.00) a
Universitarios
34.67 (2.65) a
0.11 (0.33) a
[i]Nota. Letras distintas indican diferencias significativas en cada curso según perfil, al
nivel de p < .05
Contrariamente, se encontraron diferencias significativas en el total de pausas inadecuadas
en 4.º (H = 25.3, p < .01, = 0.7) y en 6.° año básico (H = 26.5, p < .01, = 0.8). Los descriptivos y los resultados de los contrastes (letras) que informan
dónde se ubican las diferencias se presentan en la tabla 5.
Tabla 5Pausas inadecuadas por curso y perfil
Pausas inadecuadas
4.º básico
6.º básico
Participantes
M (DE)
M (DE)
Perfil 1
27.44
(14.38) b
14.44
(5.00) a
Perfil 2
57.75
(36.69) ab
29.75
(22.81) ab
Perfil 3
102.44
(66.04) a
61.78
(44.91) a
Universitarios
3.0 (2.60) c
[i]Nota. Letras distintas indican diferencias significativas en cada curso según perfil, al
nivel de p < .05
En 4.° año hubo una diferencia significativa entre el total de pausas inadecuadas
del grupo perteneciente al perfil 1 y al perfil 3, que es el que hace más pausas de
este tipo. En 6.° año, este último grupo sigue siendo el que realiza más pausas inadecuadas,
pero la diferencia con sus pares del perfil 1 no fue significativa. Ahora bien, en
esta segunda medición, los tres grupos disminuyeron significativamente las pausas
inadecuadas hechas en 4.º año (perfil 1: W = 2.3; p = .02, = 0.5; perfil 2: W = 2.5, p = .01, = 0.6; perfil 3: W = 2.7, p = .00, = 0.6). Respecto de los estudiantes universitarios, que realizaron escasas pausas
inadecuadas, los tres grupos de escolares presentaron diferencias significativas tanto
en 4.° como en 6.° año básico.
La tabla 6 presenta la distribución de las pausas inadecuadas en cada subtipo.
Tabla 6Pausas inadecuadas: silencios, alargamientos y vacilaciones
Silencios
Alargamientos
Vacilaciones
4.º básico
6.º básico
4.º básico
6.º básico
4.º básico
6.º básico
Perfil
M (DE)
M (DE)
M (DE)
M (DE)
M (DE)
M (DE)
Perfil 1
11.78
(7.48) bc
7.56
(3.21) b
4.67
(2.69) b
2.00
(1.87) bc
11.0
(7.53) a
4.78
(2.77) a
Perfil 2
33.00
(19.59) ab
15.13
(12.56) ab
12.13
(12.65) ab
6.88
(7.36) ab
12.63
(6.82) a
7.75
(5.37) a
Perfil 3
60.89
(32.56) a
27.56
(18.44) a
16.11
(14.69) a
13.44
(8.20) a
25.0
(21.58) a
20.11
(19.48) b
Universitarios
2.11 (1.05) c
0.11 (0.33) c
0.67 (1.12) c
[i]Nota. Letras distintas indican diferencias significativas al nivel de p < .05
Hubo diferencias significativas en la cantidad de pausas inadecuadas del tipo silencios en 4.º (H = 28.6, p < .01, = 0.8) y en 6.º año (H = 25.2, p < .01, = 0.7). En ambos cursos, el grupo del perfil 3, con más bajo desarrollo en comprensión
lectora, hizo significativamente más silencios inadecuados que el grupo con la mejor
trayectoria en comprensión. En 6.º año, se replica lo mismo. Respecto a las diferencias
con los universitarios, resultaron significativas en 4.º año para los perfiles 2 y
3, pero no para el perfil 1. Respecto a la disminución de los silencios inadecuados
en 6.º año, fue significativa para el perfil 2 (W = 2.5, p = .01, = 0.6) y el perfil 3 (W = 2.7, p < .01, = 0.6), pero no para el grupo con buena comprensión, que ya presentaba escasos silencios
inadecuados en 4.º año.
Sobre las pausas inadecuadas del tipo alargamientos, las diferencias intergrupales fueron significativas en 4.º año (H = 19, p <.01,
= 0.5) y en 6.º año (H = 23.9, p <.01, = 0.7). En ambos cursos, los perfiles 1 y 3 presentan diferencias entre sí, siendo
el perfil 3 el que incurre en un número significativamente mayor de alargamientos.
Además, los tres grupos hicieron significativamente más alargamientos que los universitarios.
Por último, en 6.º año los tres grupos disminuyen estas pausas inadecuadas, pero sólo
para el perfil 1 la diferencia resultó significativa (W = 2.2, p = .03, = 0.5). Para el perfil 2, se encontró que W = 1.6, p = .11, = 0.4. Para el perfil 3, W = 0.9, p = .41, = 0.2.
Finalmente, el análisis acusó diferencias significativas en las pausas generadas por
vacilaciones tanto en 4.º (H = 20.3, p < .01, = 0.6), como en 6.º año (H = 20.0, p < .01, = 0.6). Las diferencias fueron significativas entre cada perfil y los universitarios,
pero no entre los perfiles. La comparación entre 4.º y 6.º evidenció que la disminución
del número de vacilaciones fue significativa para los escolares del perfil 2 (W =
2.4, p = .02, = 0.6), pero no alcanzó a serlo para los escolares del perfil 1 (W = 2.0, p = .05,
= 0.5) ni del 3 (W = 1.5, p = .14, = 0.4).
Discusión y conclusiones
El objetivo de este estudio fue analizar, desde una perspectiva longitudinal, las
pausas de la lectura oral en estudiantes con tres diferentes perfiles de desarrollo
en comprensión lectora: buena comprensión en 4.º y 6.° año; baja comprensión en 4.°,
pero buena en 6.°, y baja comprensión en ambos cursos. Analizamos sus desempeños y
establecimos comparaciones con un grupo de estudiantes universitarios.
En los tres perfiles hubo una disminución del total de pausas en 6.° año, pero la
diferencia entre el grupo con mejor y más bajo desempeño en comprensión lectora siguió
siendo significativa. De igual forma, los tres grupos mantuvieron diferencias significativas
con los estudiantes universitarios. En este sentido, nuestros resultados son concordantes
con estudios previos como el de , el cual encontró que los niños de tercer grado hacían más pausas que los de quinto,
aunque ambos grupos hacían más pausas que los adultos participantes.
Posteriormente, cuantificamos las pausas adecuadas y las inadecuadas. Los tres perfiles
presentaron prácticamente el mismo número de pausas adecuadas en ambos cursos, con
un desempeño similar al de los universitarios y muy coincidente con la cantidad de
signos de puntuación del texto. Esto es consistente con investigaciones que muestran
que la habilidad para planificar las pausas se adquiere con un apoyo importante de
la puntuación (; ). En el presente estudio, al igual que en , encontramos que en 4.° año los niños ya podían leer respetando las pausas gramaticales
marcadas por la puntuación, incluso si su comprensión lectora se mantenía baja. Es
decir, parece ser que en ese nivel escolar la mayoría ya es sensible al rol delimitador
de las marcas de puntuación y se guía por ellas para hacer las pausas donde son obligatorias.
Esto explica el no haber encontrado diferencias ni interacciones entre las variables
curso y perfil, como tampoco con los universitarios, lo que sugiere un cierto efecto
techo, que no deja espacio para cambios que lleguen a impactar en el desempeño.
En cuanto a las pausas inadecuadas, resultan un buen indicador del desarrollo de las
habilidades lectoras en edad escolar y confirman que una comprensión lectora más descendida
se asocia con más pausas agramaticales o inapropiadas en la lectura oral (; ; ). Esto pudo observarse en 4.ºaño, pues la frecuencia de pausas inadecuadas marca
una distancia significativa entre quienes representan un mejor desarrollo en comprensión
y quienes mantienen su comprensión lectora más baja, mientras que el perfil 2 se ubica
entre ambos grupos. Posteriormente, con dos años más de escolaridad, observamos una
evolución positiva en los tres perfiles. Sin embargo, aunque los tres grupos demostraron
tener un potencial de mejora, la disminución de pausas inadecuadas sólo resultó significativa
para el perfil con buena comprensión en ambos cursos, que fue el grupo que más se
acercó al desempeño de los estudiantes universitarios.
Respecto a los subtipos de pausas inadecuadas, los silencios fueron los más frecuentes.
Estas pausas intrusas perjudican la continuidad de la lectura y podrían reflejar una
menor eficiencia para integrar las palabras en la cadena sintáctica en ausencia de
puntuación o la necesidad de planificar el proceso articulatorio. El grupo con menor
desarrollo en comprensión lectora hizo más este tipo de pausa, aunque la diferencia
con los estudiantes del perfil 2 no alcanzó a ser estadísticamente significativa ni
en 4.° ni en 6.° año. Este último grupo disminuyó los silencios inadecuados en 6.°,
pero no alcanzó el comportamiento del lector adulto.
Los alargamientos también permiten diferenciar entre el grupo con mejor trayectoria
en comprensión y el que sostuvo su rendimiento bajo. En 6.° año, los tres grupos disminuyeron
estas pausas, aunque las diferencias no alcanzaron a ser significativas respecto a
la primera medición. Sin embargo, la disminución de alargamientos en el perfil 1 permitió
que este grupo alcanzara a los universitarios. Respecto de las vacilaciones, sólo
se encontraron diferencias significativas con los universitarios, y entre 4.° y 6.°
en el perfil 3.
En conclusión, los resultados respaldan la predicción inicial de que diferencias en
las trayectorias de desarrollo de la comprensión lectora pueden asociarse a diferencias
en la evolución del uso de pausas en la lectura oral. Dos factores son fundamentales.
Por una parte, la interpretación de los signos de puntuación, que permite que los
niños hagan las pausas gramaticales sin dificultades. Por otra, la frecuencia de silencios,
vacilaciones y alargamientos inadecuados parece ser un marcador relevante de la evolución
del manejo de pausas. En conjunto, estos resultados sugieren que el nivel de automaticidad
de la lectura sigue siendo un factor presente en el desempeño de los escolares con
una comprensión lectora menos lograda. Aun cuando seleccionamos a participantes sin
dificultades en la lectura de palabras y no encontramos diferencias intergrupales
en esta habilidad, su desarrollo posterior podría haber sido un factor asociado a
sus propias trayectorias en comprensión de lectura y fluidez. Fenómenos como alargamientos
y vacilaciones durante la lectura en voz alta generan pausas inadecuadas que reflejan
cierto esfuerzo consciente por leer correctamente las palabras, en desmedro de la
comprensión lectora. En este sentido, la mejora en comprensión de los estudiantes
del perfil 2, podría relacionarse con una mejora en este aspecto.
En suma, esta investigación, desde una perspectiva evolutiva, ayuda a comprender cómo
varía la adquisición del uso de pausas, un componente fundamental de la fluidez lectora,
en escolares con diferentes perfiles de desarrollo de su comprensión lectora. A ello
se suma la relevancia metodológica del estudio, al incorporar un análisis detallado
de los subtipos de pausas y establecer un punto de comparación con lectores expertos,
lo que en conjunto aporta a describir con mayor precisión las características que
distinguen una lectura fluida en etapas intermedias del aprendizaje lector.
Una implicación práctica del estudio es que permite sugerir que la lectura oral se
siga practicando durante toda la escolaridad básica, pues provee importante información
sobre el desarrollo individual de las habilidades lectoras en el aula de clases. De
igual forma, es muy relevante que los niños y las niñas aprendan el significado de
los signos de puntuación en los primeros años de escolaridad y tengan oportunidades
para demostrar cómo progresan en su uso como guía para hacer las pausas gramaticales
cuando leen. No obstante, alcanzar una lectura fluida, sin pausas intrusas o agramaticales,
no depende sólo de eso. Se requiere práctica dirigida y apoyos específicos para que
los niños y las niñas puedan leer sin vacilaciones ni alargamientos que parecen reflejar
que aún es necesario mejorar la automaticidad de la lectura para alcanzar una buena
fluidez.
Una limitación de la investigación es que los datos de 6.° año corresponden a 2021,
cuando habían transcurrido casi dos años de clases no presenciales, en los que muchas
de las prácticas relacionadas con la lectura se vieron interrumpidas o perdieron sistematicidad.
Es probable que sin ese factor de por medio, el potencial de mejora de los participantes
se hubiera reflejado mejor en los resultados.
Como proyección, se sugiere profundizar en la relación entre lectura de palabras y
pausas, teniendo en cuenta su duración. Esta variable nos parece potencialmente relevante
para explorar el esfuerzo cognitivo involucrado en la decodificación de palabras y
la planificación articulatoria. Otras medidas que podrían enriquecer futuras investigaciones
incluyen la velocidad de elocución, la entonación, la agrupación sintáctica y la variación
melódica. Sería valioso explorar cómo estos parámetros prosódicos interactúan en el
aprendizaje lector, de modo de avanzar hacia una comprensión más integral del desarrollo
lector en los niños escolares chilenos.
Financiación
Este estudio se realizó gracias a la financiación otorgada por la Agencia Nacional
de Investigación y Desarrollo, ANID, a través del proyecto Fondecyt Regular 1191646
y de la Dirección de Investigación de la Universidad Católica de la Santísima Concepción
a través del Proyecto DIREG 1/2023, que permitió su continuidad.
Contribución de los autores
Beatriz Arancibia-Gutiérrez: Administración del proyecto; Análisis formal; Conceptualización; Curación de datos;
Escritura - borrador original; Escritura - revisión y edición; Investigación; Metodología;
Recursos; Supervisión; Validación; Visualización; Adquisición de fondos.
Inger Vásquez-Yáñez: Análisis formal; Curación de datos; Escritura - revisión y edición; Investigación;
Metodología; Software; Visualización.
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